martes, 29 de julio de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 9



CAPITULO 9

“HOLA MEXICO”

A la mañana siguiente, tome el primer vuelo, con destino a la ciudad de México, donde en el aeropuerto estarían esperándome mis tíos, los cuales nunca en mi vida había visto, el viaje duraría mucho, estaba ansioso de conocer aquella ciudad, poco a poco el sueño me venció ya que me había levantado muy temprano.

Después de algunas horas ya me encontraba muy lejos de casa, el avión estaba por aterrizar, me encontraba demasiado nervioso. Al llegar, el clima era muy caluroso, a un más de lo que estaba acostumbrado, camine lentamente Asia la salida del aeropuerto, no sabía a quien esperaba , en realidad, no conocía a ninguno de mi familia en ese país, pensaba, que tal si me equivoco y me voy con algún sicópata o un secuestrador. Alguien tomo mi cintura, di un brinco y voltee rápidamente.

—hombre, fer, no te asustes, somos nosotros tus tíos.

— ¿enserio? —pregunte aun confundido.

—Sí, soy la hermana de tu madre —respondió mientras me enseñaba una foto mía, la cual le había mandado mi madre para que pudieran encontrarme.






—Pensábamos que ya te habíamos perdido —comento mi tío mientras me daba la mano.

Caminamos hacia el estacionamiento, y nos subimos a su coche, se miraba que eran unas personas muy agradables, Carla, mi tía era una señora de estatura baja, test clara, pelo largo y ondulado, y mi tío, Guillermo, el cual me había llamado la atención desde que lo vi, era de estatura promedio, test oscura, cabello corto, y un cuerpo demasiado bien para su edad, se notaba que pasaba mucho tiempo en el gimnasio.

Subimos a su auto y nos dirigimos a su casa, durante el camino, pude ver rápidamente muchos de los monumentos y sitios históricos de la ciudad. Parecía un lugar muy bonito, aunque ya quería llegar, estaba cansado y tenía hambre, además de que ya quería conocer a mis tres primos.

Por fin llegamos era una casa muy bonita y lujosa, bajamos las maletas y caminamos a la puerta. Tus primos deben estarte esperando, escuche que decía mi tía. La puerta se abrió, y de adentro salió una linda muchacha.

     Hola, tú has de ser Fernando — dijo mientras tomaba mis maletas.

     Sí, mucho gusto.

Era Zulema, de unos 7 años mayor que yo, pelo largo y colocho, ojos marrones y una sonrisa enorme que dejaban ver unos dientes blancos y perfectos. 






—Octavio, podrías venir a ayudarme —grito, mientras de la casa salía tabí, unos cuantos años menor que ella, muy parecido a su papa, cabello corto, cejas gruesas y de una mirada penetrante, me sonrió y me dijo, bienvenido a México primo.

Entramos a la casa, detrás de nosotros mis tíos, llegamos a la sala y me senté exhausto sobre uno de los sillones. — ¿Dónde está Alonso? Pregunto mi tía, Zule respondió que se estaba bañando, pero en ese momento, bajo por las escaleras un lindo chico, de mi edad, pelo castaño echado sobre un ojo, mejillas rojas, un pantalón de mezclilla ajustado que dejaba ver unos bóxers blancos que sobre salían de su playera levantada con la que  se limpiaba el resto de agua sobre su cara.



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