martes, 29 de julio de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 10

CAPITULO 10

“BUENAS COSTUMBRES”

Esa primera noche, después de cenar, tía Carla decidió conveniente que me quedara en el cuarto del primo Alonso, a lo que, algo nervioso respondí, que sí. Después de ayudar a lavar los trastes y de ver un rato la televisión, me despedí para irme a dormir.

     Espera, yo voy contigo, también muero de sueño — dijo mi primo entre bostezos.





Subimos, las escaleras, yo detrás del, entramos a la habitación, la cama era muy grande, le dije que me iría a dar un baño, el se quito la camisa y saco un pequeño short mientras yo me metía al baño. Más tarde al regresar, lo encontré totalmente dormido, se miraba tan tierno, levante las sabanas y me acosté a su lado.



Los siguientes días,  ya estaba un poco acostumbrado a ellos, así que de vez en cuando se sentaban a platicar con migo, aunque con quien más me juntaba cuando salíamos a conocer la ciudad era con mi primo menor, ya que Fernando era muy serio, pero no era amargado, cuando se lo proponía podía llegar a ser el miembro más divertido de aquella familia. En cambio Zulema aparentaba ser una chica muy creída, siempre andaba muy bien vestida y maquillada, parecía toda una top model, nos daba consejos de cómo deberíamos vestirnos y combinar lo que traíamos puesto, estaba aprendiendo mucho de ella después de todo. Cada uno a su modo pero eran como los hermanos que nunca había tenido.





Era como vivir en una agencia de modelos, por un lado mis primos que siempre gustaban de andar enseñando sus encantos a la menor provocación, paseándose por toda la casa con la menor ropa posible. Y por el otro mi tío que aunque anduviera tapado de pies a cabeza, siempre se miraba encantadoramente guapo, a veces me ponía a pensar que brujería había usado mi tía para poder conseguir un hombre como él, pues de toda la casa solo yo y ella éramos los comunes.
Una de las cuatro semanas que pasaría en México había transcurrido, tenía poco tiempo para poder llamarle a Erick entre las salidas familiares y los paseos exclusivos de primos.


En una de esas pocas ocasiones me platico que estaba en casa que no había podido salir a vacacionar con su familia porque su abuelo se encontraba enfermo. Sobre todas las personas de las cuales quería saber alguna información en todo el mundo se encontraba Raúl, pero omitía mis ganas de preguntar por él.

Era sábado, mi primer fin de semana en este país, y por primera vez en los seis días anteriores no teníamos planes, mis tíos se fueron al club campestre, Zulema y Octavio al gimnasio, yo me encontraba sentado en la sala viendo una caricatura que no había visto desde hacia tiempo. Alonso el cual pensaba estaría totalmente dormido, bajo las escaleras a paso lento, aun adormitado, sin camisa y con sus jeans aun sin abotonar.

     donde están todos — dijo mientras serbia una taza de café.

     Salieron muy temprano, regresaran tarde así que nos dejaron algo de dinero para que salgamos a comer.

      Está bien — dijo mientras se sentaba a mis costado — ¿quieres acompañarme al centro comercial?

No había tenido la dicha de salir solo con mi primo así que respondí rápidamente que sí.




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