martes, 29 de julio de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 4



“DECICIONES”


 Estuve reflexionando sobre lo pasado antes, quizá confundo lo que siento por Raúl, necesito, sacarlo de mi mente, no quiero  seguir lastimándome viendo como es feliz, mientras yo sufro en secreto por él, antes de conocerlo todo era distinto, no soy la persona en la que me he convertido, jamás había sufrido ni derramado una lagrima por nadie, hasta que el llego a mi vida.





Decidí intentar tener una relación con María José, ella me ha demostrado que le importo, tal vez me ayude a aclarar lo que en realidad siento. Así que durante las clases, estuve muy cerca de ella y quedamos en vernos en el café que estaba rumbo a su casa mas tarde.

Llegue temprano, antes de lo acordado, estaba nervioso, de repente, salió de la esquina, se miraba más bonita que de costumbre, llego y se sentó frente a mí, me quedo mirando y me dijo;


¿Qué? No piensas saludarme.
Hola, estas hermosa.

Gracias, tu igual te ves muy bien.

Platicamos por un tiempo, mientras tomaba el valor de decirle todo, se hacía tarde así que decidí hacerlo;

María, la verdadera razón, de haberte citado en este, lugar, es para decirte algo, que llevo callando durante mucho, tiempo y no puedo seguirlo ocultándolo, eres una chica realmente encantadora, tu sonrisa es tan hermosa que no puedo sacarla de mi mente, poco a poco tu forma de ser ha acho que te metas dentro de mi corazón, por eso quiero pedirte, si quieres ser mi novia.

Era la primera vez que declaraba mi amor, así que no sabía si lo había hecho bien, ella solo me quedo mirando, sorprendida, seme hizo eterno el tiempo que tardo para contestarme, pero finalmente me dijo que si, la tome de la mano, me acerque y le di un beso.
Al día siguiente, me levante muy temprano, la excursión al campo había llegado, me puse mis jeans favoritos, una camisa blanca, mis tenis, un sombrero y salí rumbo a la escuela, todos ya estaban ahí, después de un rato, los maestros nos pidieron tomar nuestros lugares en el auto bus, saldríamos temprano, para poder llegar a una buena hora, subimos, nos dirigimos a los últimos asientos, en una fila Raúl y Esme y en la otra mi

novia y yo, durante el camino, notaba como iban muy cariñosos, trataba de ignorarlos, pero no podía, voltee y mari me quedo mirando, me pregunto si tenía algo, si me sentía mal, respondí rápidamente que no era nada, solamente un poco de sueño, se arrimo a mí y se recargo, junte mi cabeza a la suya y quedamos dormidos por el resto del viaje.

Llegamos a nuestro destino, casi al atardecer, unos armamos nuestros campamentos mientras otros conseguían leños para la fogata. Al caer la noche nos sentamos todos alrededor del fuego, y disfrutamos de la noche esperando que el día siguiente fuera aun mejor.

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