CAPITULO
13
“VIAJE
DE CHICOS”
Después de que Alonso contestara que si a la
pregunta que le había echo, las siguientes dos noches repetí aquella actividad
nocturna que disfrutaba tanto yo como él.
Era un jueves, mi tío quería organizar una
especie de actividad en la que solamente participáramos los hombres de la casa,
y así fue como nació el viaje de chicos, cuyo nombre fue inventado por el primo
Octavio; consistía en que cada uno de ellos escogería un lugar de la ciudad
para mostrarme y por ultimo iríamos de paseo a una de las playas más bonitas
del país según mi tío Guillermo.
Claramente las chicas no se encontraban muy
convencidas con la idea de quedarse en casa, pero aceptaron, ya que tendría mucho
tiempo para hacer sus cosas de chicas.
Al día siguiente, nos levantamos desde muy
temprano, nos bañamos y arreglamos, subimos al auto y nos dirigimos a desayunar
a un restaurante de comida rápida.
Esa mañana mi primo Octavio estaba más guapo que
nunca, bestia una camisa blanca con rallas rojas y un pantalón negro entubado,
después de unas horas de camino, entre el tráfico de la ciudad llegamos al
primer destino planeado por mi tío, escogió algo enteramente cultural, para
mostrarme, llegamos al centro de la ciudad a un lugar llamado el zócalo, era
enorme, rodeado de grandes edificios antiguos, al centro podía ver una gran
bandera del país, mi tío tomo el roll de guía de turistas, contándome las
historias de cada uno de aquellos lugares.
Después de un rato de caminata, estaba exhausto,
cansado y con sed, Guillermo aún seguía contando sus historias, me quedaba
claro que era un tipo muy orgulloso de sus raíces, aun así, solo escuchaba la
mitad de todos sus discursos.
Mi primo Octavio comento
−bueno papa, ya le enseñamos a Fer la parte
cultural de la familia, llego la hora de que conozca el lugar que tengo
preparado para él.
Subimos al carro y nos dirigimos a otra parte de
la ciudad, después de un largo trayecto llegamos a un lugar llamado,
Chapultepec, el lugar era muy grande, comprendí que me quedaba mucho más por caminar, mi primo comentaba que
era uno de sus lugares favoritos en la ciudad, era amante de este tipo de lugares, disfrutaba poder respirar aire
limpio, caminamos, bajo aquellos enormes árboles, mirando y tomándome fotos en
los monumentos para después podérselas enseñar a Erick cuando regresara a
España.
Más tarde llegamos a una especie de castillo que
era enorme y muy bonito, busque algo de sombra para sentarme, estaba muy
cansado, al parecer tío Guillermo se
percató de mi cansancio, propuso buscar un lugar para sentarnos a tomar y comer
algo.
Podía entender porque mi tía se había mudado de
España y se quedado a vivir en México, este es un muy lindo país lleno de
lugares bellos, bueno, no conocía todo pero lo que vi, me gusto.
Mi tío moría de calor, así que decidió quitarse un
momento la camiseta y quedarse únicamente con su pantalón, era totalmente sexi,
era un hombre masculino, frecuentaba ir al gym, pero no me imagine que tuviera
ese cuerpo, bueno, uno no se encuentra frecuente mente señores de cuarenta años
con la figura de uno de treinta o menos.
No podía dejar de verlo, pero no quería que se
diera cuenta de que lo hacía, después de que acabáramos de comer, se levantó,
se sacudió el polvo del pantalón, me pidió que le quitara las hojas secas que
se le habían pegado a la espalda cuando se acostó a descansar, algo nervioso
comencé a sacudirlo, su piel era suave, aunque también sentía sus músculos que
eran duros como el acero.
Regresamos al auto y nos dirigimos de regreso a
casa, ya era un poco tarde, así que solo llegamos, nos bañamos, cenamos y nos
acostamos a dormir.
Al día siguiente tocaba el turno de Alonso, no sé
qué me tenía preparado, pero prometía sería muy divertido, desayunamos y nos
apresuramos a subir nuestras maletas al auto, ya que más tarde, tendríamos que
ir al aeropuerto para tomar el vuelo a la playa prometida por tío Guillermo.
Nos llevó a un lugar llamado six flags, un parque
de diversiones, la idea me pareció estupenda, apenas entramos y nos dirigimos a
los juegos mecánicos, tío Guillermo se quedaba solamente esperándonos, mientras
Octavio se nos unía una que otra ocasión. Dejamos lo mejor para el final, era
una montaña rusa gigantesca que no nos podíamos perder, aunque mis piernas
temblaban, no lo pensé mucho y me subí.
Las horas pasaron y mi tío nos dijo que teníamos
que irnos, que dentro de unas horas salía nuestro avión, nos la estábamos
pasando tan bien, que no nos queríamos ir, caminamos hasta el auto y nos
pusimos en marcha rumbo al aeropuerto de la ciudad.
Octavio que estaba sentado en la parte del
copiloto, comenzó a cambiarse la ropa y ponerse algo más adecuado para el
viaje, se quitó la camiseta, seguido por sus pantalones, dejando al descubierto
unas piernas blancas y bien torneadas, que alcanzaba a ver desde el asiento
trasero, volteo y me pidió que le pasara la ropa que había dejado sobre su
maleta, dios eres tan sexi, pensé, pero claramente, no se lo dije, solo se las
pase y se las puso.
Llegamos, después de esperar un rato nuestro
vuelo salió, íbamos con destino a un lugar llamado Cancún, donde probablemente podría conocer a
muchos chicos lindos.
Capitulo anterior Capitulo Siguiente