sábado, 16 de agosto de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 19



CAPITULO 19
“CONFESIONES”
Mi escapada de la noche anterior me había costado una semana de castigo, mi mama no estuvo de acuerdo aunque mi papa me dio permiso en un principio, tenía prohibido salir, solo exclusivamente para ir a la escuela.


El primer día de clases de la semana llegue temprano, estaba solo en el salón, tome mi lugar y saque una libreta para dibujar un rato mientras llegaban los demás, entonces entro Raúl, me saludo y se sentó donde siempre, me sentía algo nervioso, cuando me di cuenta que caminaba hacia mí, se paró al lado de mi silla y me dijo; ¿puedo hablar contigo?, conteste que sí, mira quiero decirte algo…
Erick entro al salón; −buenos días− dijo mientras me tomaba del brazo− puedes venir con migo, quiero decirte algo.
No sabía lo que los dos se traían, pareciera que se habían puesto de acuerdo, salimos, me llevo debajo de un árbol, nos sentamos en el pasto, tomo mi mano, ya me imaginaba lo que vendría después.
−Fer, sabes que eres muy importante para mí.
−tú también, pero sabes que no estoy preparado para una relación.
−te quiero y estoy dispuesto a demostrarte que me importas, que aria todo lo posible por hacerte feliz.
−no quiero echar a perder esta amistad que tenemos.
−deja que te demuestre lo que siento por ti, esa noche en el concierto, te vi, no creas que no me di cuenta que estabas muy cerca del ¿aún lo amas?
−no lo sé, y hasta que no aclare mis sentimientos, no quiero mantener una relación.
−está bien Fer, pero desde ahora y como siempre estaré a tu lado, demostrándote que te amo.
Te amo era una palabra muy importante que no se le puede decir a cualquier persona y a pesar de que mi corazón aún seguía latiendo aceleradamente cada vez que veía venir a Raúl, pensaba que lo mejor sería intentar sacarlo de una vez de mi corazón, no quería seguir confundiéndome ni mucho menos complicándome la vida, era patético sufrir por alguien que no me quiere, teniendo a otro que dice estar enamorado de mí.
No le conteste nada más, me fui a casa,  quería tomarme esa tarde para meditar y poner en claro mis pensamientos, mas noche estaba solo, sentado en el sillón de la sala viendo una serie cuando el timbre de la puerta sonó, me apresure a abrir, para mi sorpresa era Raúl, tenía muchísimo tiempo sin que viniera a verme y no lo esperaba, mucho menos hoy.
−hola ¿estás solo? ¿Puedo pasar?
Estaba algo confundido y nervioso, como siempre me pasaba cada vez que él se acercaba a mí, nos acomodamos en la sala, me senté a su lado;
−esta mañana no pudimos platicar−dijo mirándome.
−lose, pero dime de que querías hablarme.
−tiene meses que no venía a verte, solo quiero arreglar las cosas, que todo vuelva a ser como antes, extraño tus locuras Fer y no sé si hice algo mal, si acaso te ofendí en algo, si te llamaba nunca me contestabas, te alejabas de mí, no sé qué fue lo que paso.
−no, tu no me has hecho nada simplemente…
Interrumpiéndome contesto; −no quiero saber los motivos, solo quiero que olvidemos todo lo que ha pasado y volvamos a empezar, ¿Qué dices? ¿Amigos de nuevo?
−está bien−conteste sonriéndole.
Se levantó, me extendió el brazo para que yo igual lo hiciera, me abrazo, llevaba mucho tiempo alejado de él que ese momento pareció ser eterno. Nos quedamos sentados platicando de todas las cosas que habíamos pasado mientras no estuvimos juntos, en realidad solo le conté las cosas más leves.
−bueno ahora que somos amigos, nuevamente, Hahn no solo venía a decirte eso, tengo otras cosas, pero este no es lugar, ammm ¿quieres ir a cenar con migo?
Amaba sus los gestos que hacia cuando estaba nervioso, eran de las cosas que extrañaba de él, no sabía ni mucho menos me imaginaba de lo que quería hablar pero claro, no iba a rechazarle esa invitación, pedí que me esperara unos minuetos mientras me arreglaba un poco, subí corriendo a mi cuarto mientras él se quedaba en la sala. Moría de nervios, estaba frio y mis manos temblaban, me puse mi camisa blanca favorita, un pantalón verde entallado y unos botines cafés.
Tomamos un taxi y nos dirigimos al restaurante que el había escogido para esa noche, mis manos seguían aun frías y sudadas, al llegar pasamos un gran rato charlando, cenamos acompañados de una copa de vino, no estaba acostumbrado a tomar alcohol y no quería que se me subiera y no poder recordar después esta noche así que me limite a unas pocas.
La noche era hermosa, el cielo estaba lleno de estrellas, a nuestra derecha, el balcón nos dirigía a una hermosa vista de la ciudad, respire profundo, y decidí que la hora de declararme había llegado.


−Raúl, durante todo este tiempo que no nos hablamos, estuve pensando cómo decirte esto, te diré las razones que me hicieron alejarme de ti.
−pues, también estuve pensando en decirte algo y esa es la razón que me llevo a tu casa esta noche, la que nos trajo hasta este restaurante, solo quiero que pase lo que pase esta noche, todo seguirá igual entre nosotros.
−está bien, pero deja que comience yo, la verdad detrás de todo esto es que me gustas…






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