miércoles, 13 de agosto de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 18


CAPITULO 18
“EL CONCIERTO”

Amaneció. El sol entraba por la  ventana de mi habitación, la resaca hacia explotar mi cabeza, era fin de semana, sabía que al salir me esperaba el regaño de mi madre por haber llegado a altas horas de la noche y peor aún por emborracharme. No era de agarrar la fiesta de esa manera, pero en esa noche trate de des estresarme, lo cual conseguí satisfactoriamente.



Me levante de la cama, fui a tomar un baño para lograr quitarme la cara que tenía, baje a desayunar, mi padre leía el periódico y mi madre tomaba el café mientras miraba el noticiero;


−muy bonitas horas de llegar, Fernando−dijo ella.
−lo ciento mama, es que  nos la estábamos pasando tan bien.
−claro, tomando. Sabes perfectamente que no me gusta que lo hagas.
−fue solamente un vaso−mentí− nos pusimos a bailar y se me pasaron las horas sin darme cuenta.
−está bien, pero no quiero que se vuelva a repetir.
−te lo prometo−conteste finalmente, pensaba que me esperaba algo más fuerte pero mis padres eran comprensivos y sabían lo que era ser joven.
Esa tarde mientras leía un libro romántico, recibí una llamada, no conteste, sonó de nuevo;
− ¿bueno?
− ¿Por qué no me contestabas?
−perdona Erick estaba un poco ocupado.
−claro… adivina que, hoy viene tu banda favorita y tengo dos boletos, primera fila, solo tú y yo.
− ¿enserio? Genial, pero no sé si mis viejos me dejen ir, después de lo de anoche están un poco molestos.
−entonces, te quedaras en casa.
−no, ni pensarlo, no sé cómo le hare pero tengo que ir a ese concierto.
La única opción era rogarle a mi padre sin que mama se diera cuenta, lo hice y obtuve los resultados que quería aunque con la hora tomada. 


Más tarde Salí rumbo al centro, nos veríamos fuera para entrar juntos, el lugar estaba a reventar, las entradas se encontraban agotadas, la gente emocionada y ansiosa porque comenzaran a tocar, Erick y yo caminamos hasta la parte de adelante, junto a unos cuantos metros del escenario, nunca había pensado que estaría tan cerca de mi banda favorita, el hizo uno de mis sueños realidad, se había gastado todo el dinero para comprar los mejores lugares, estaba demostrando que en verdad le importaba.
La luz se apagó, comenzó la música, los gritos, el baterista hacia un solo mientras los demás integrantes de la banda tomaban sus lugares y comenzaba el concierto, cante cada una de las canciones de principio a fin, acompañado de mi mejor amigo que ya se sabía las letras solo con escucharme todos los días, hacía un calor insoportable y estábamos muy pegados pero nada de eso me importaba en ese momento.
Empezaba a quedarme afónico cuando sentí una mano tocar mi cintura, salte;
−hombre no te asustes.
Voltee era Raúl, dios de tantos lugares que hay para ir en Madrid tenía que escoger el concierto.

−jajaja eres tu – regrese a lo que estaba, comenzó mi canción favorita, el no pudo haber aparecido en el momento menos indicado, esa era la que cantábamos juntos cuando nos hablábamos, bueno en realidad cuando yo le hablaba, gire para verlo de reojo, seguía detrás de mí, inevitablemente me puse a bailar y a cantarla, pude escuchar que él también lo hacía, la tortura termino alrededor de cuatro segundos después, todo estaba por terminar, desvanecieron las luces, cantaban una de las más románticas, sentí como su cuerpo se juntaba al mío, no quise moverme, disfrutaba estar tan cerca del el, su calor y su olor se juntaban con el mío, aunque no me tocaba sabía que lo deseaba tanto como yo, termino la canción, se separó de mí, Erick no se había dado cuenta.
Mientras la banda se despedía, me hice hacia atrás, choque con él, me tomo de nuevo de la cintura, me quede cerca una vez más, mientras terminaba el concierto, sin darme cuenta Erick me tomo de la mano y me jalo hacia la salida, según él, para que no nos separáramos, pude voltear y ver que Raúl solo nos miraba mientras nos alejábamos.
Tomamos juntos un taxi de regreso a casa, era tardísimo, me pegue a él y recline mi cabeza en su hombro, puso su mano sobre mi pierna y recargo la suya, al llegar, se bajó a abrirme la puerta, pidió al taxista esperarlo y me acompaño hasta la puerta de mi casa.







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