CAPITULO
16
“LA
DESPEDIDA”
El día siguiente, nos levantamos tarde, en el
desayuno, quedamos de pasar el día sin Alonso, que saldría con diana, para
despedirse, pero antes, iríamos de compras, dejaríamos todo preparado para
poder salir de regreso al DF el martes por la mañana.
Habíamos quedado de hacer las compras para poder
llevar lo que se nos diera la gana, mientras iba empujando el carrito, me llevo
al departamento de farmacia y pidió que buscara unos condones, yo lo mire
asombrado, sin saber qué hacer, me acerque a él
y le susurre al oído; no iba a pedir que usaras condón para que me
follaras, él se asombró aún más y contesto; los condones son para usarlos con
diana, yo me puse rojo, me dio muchísima vergüenza, Alonso me miro, sonrió y
dijo; si quieres que te folle sin condón, lo hare.
Mientras regresábamos en el coche, no me atreví a
decir nada, Alonso conducía, nos quedamos en el estacionamiento un momento, al
final me miro y dijo;
−si quieres que estemos juntos, lo hacemos, mira,
tengo reservado un cuarto, diana se tiene que ir temprano, así que tenemos unas
cuantas horas para nosotros.
−pero es que no sé si es lo que quiero−conteste.
−claro que lo quieres−puso su mano en mi paquete−esto
te delata.
Él tenía razón, yo estaba tremendamente caliente,
llevaba todo el camino empalmado y no podía ocultar el bulto que se formaba en
mi jeans oscuro, comenzó a desabrochármelo, no llevaba bóxer, tomo mi pene y
empezó a jalármela, recosté el asiento, cerré los ojos, disfrute como nunca lo
había hecho, pensé el avisarle cuando fuera a correrme, para no mancharme, pero
justo cuando estaba a punto de venirme, sonó el celular de Alonso, los dos nos
pusimos nerviosos y toda mi leche salió disparada hacia mi camiseta, cuando
termine de correrme contesto, era mi tío que preguntaba por nosotros, cuando
colgó, miro mi camiseta y se echó a reír, salimos del auto, y caminamos hacia
dentro del hotel, para disimular me la había quitado y la puse dentro del cesto
de la ropa sucia, mientras Alonso sacaba las cosas del mandado, los demás
estaban en la playa, cuando terminamos de ordenar todo, fui a ponerme un short
y baje hasta donde se encontraba Octavio, Alonso a su cita con diana, pero
antes de salir me tomo y me dio un beso en la boca.
Era el último día en Cancún, mi tío Guillermo
estaba recostado en la arena de la playa, mientras nosotros disfrutábamos el
mar por última vez, más tarde sonó mi celular, regrese a la orilla.
− ¿bueno?−conteste.
−Fer, soy Alonso, te llamo para avisarte que
diana ya se fue, te estoy esperando en el cuarto.
−no iré, no estoy preparado para esto,
discúlpame.
Quedo en silencio por un minuto y colgó, esa
noche esperando que llegara en el cuarto, no sabía cómo disculparme, me moría de
pena, nunca debí haberme metido con mi propio primo, ahora veía las cosas
claras.
Se abrió la puerta, entro, me miro y se metió al
baño, minutos más tarde salió, yo estaba acostado en la cama, se acomodó a un
lado mío, me di la vuelta, mire sus ojos que se dirigían a mí fijamente.
− ¿Qué fue lo que paso esta tarde?−pregunto
−no quiero equivocarme, no quiero que esta
relación tan bonita que formamos, se eche a perder por tratar de ser algo más,
somos primos, date cuenta que lo que hacemos no está bien.
−lo sé, pero dime, como poder no enamorarme de
ti, Fer si desde el primer momento en que te vi, supiste como entrar a mi
corazón.
−sabes, soy un patético, te he mentido todo el
tiempo, nada de lo que te he dicho de mi vida en España es verdad, estoy
enamorado de mi mejor amigo y desde hace tiempo le doy alas a Erick el único
chico que ha estado a mi lado, pero lo que más quiero es ser feliz sin lastimar
a nadie.
−si pudiera irme contigo, te juro que nadie te
haría daño.
−no es tan sencillo, como decirlo.
Esa noche dormimos abrazados, dejando que ese
cariño que había entre nosotros hablara por sí solo, a la mañana siguiente
tomamos el vuelo de regreso, llegando a casa, mi prima salió a recibirnos, dijo
que me había extrañado. La última semana en México se pasó muy rápida, entre
salidas familiares y las que hacía con Alonso, inevitablemente el sábado llego,
la despedida fue muy emotiva, había formado una gran relación con los chicos,
no tenía hermanos y ellos habían llenado ese espacio vacío en mi corazón.
En el aeropuerto, antes de tomar mi avión, tocaba
decirle adiós al chico que había echo de estas últimas cuatro semanas, las
mejores vacaciones que nunca había tenido.
− gracias por todo, te voy a extrañar mucho−dije
mientras lo abrazaba.
−yo igual, prometo visitarte vale−se acercó,
susurrando a mi oído dijo−te quiero−
Me separe de él, di la vuelta y comencé a
caminar, no quería voltear a verlo, no podría aguantarlo. Me pare a lo lejos y
me despedí moviendo el brazo.
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