jueves, 7 de agosto de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 16



CAPITULO 16
“LA DESPEDIDA”
El día siguiente, nos levantamos tarde, en el desayuno, quedamos de pasar el día sin Alonso, que saldría con diana, para despedirse, pero antes, iríamos de compras, dejaríamos todo preparado para poder salir de regreso al DF el martes por la mañana.
Habíamos quedado de hacer las compras para poder llevar lo que se nos diera la gana, mientras iba empujando el carrito, me llevo al departamento de farmacia y pidió que buscara unos condones, yo lo mire asombrado, sin saber qué hacer, me acerque a él  y le susurre al oído; no iba a pedir que usaras condón para que me follaras, él se asombró aún más y contesto; los condones son para usarlos con diana, yo me puse rojo, me dio muchísima vergüenza, Alonso me miro, sonrió y dijo; si quieres que te folle sin condón, lo hare.

Mientras regresábamos en el coche, no me atreví a decir nada, Alonso conducía, nos quedamos en el estacionamiento un momento, al final me miro y dijo;
−si quieres que estemos juntos, lo hacemos, mira, tengo reservado un cuarto, diana se tiene que ir temprano, así que tenemos unas cuantas horas para nosotros.
−pero es que no sé si es lo que quiero−conteste.
−claro que lo quieres−puso su mano en mi paquete−esto te delata.
Él tenía razón, yo estaba tremendamente caliente, llevaba todo el camino empalmado y no podía ocultar el bulto que se formaba en mi jeans oscuro, comenzó a desabrochármelo, no llevaba bóxer, tomo mi pene y empezó a jalármela, recosté el asiento, cerré los ojos, disfrute como nunca lo había hecho, pensé el avisarle cuando fuera a correrme, para no mancharme, pero justo cuando estaba a punto de venirme, sonó el celular de Alonso, los dos nos pusimos nerviosos y toda mi leche salió disparada hacia mi camiseta, cuando termine de correrme contesto, era mi tío que preguntaba por nosotros, cuando colgó, miro mi camiseta y se echó a reír, salimos del auto, y caminamos hacia dentro del hotel, para disimular me la había quitado y la puse dentro del cesto de la ropa sucia, mientras Alonso sacaba las cosas del mandado, los demás estaban en la playa, cuando terminamos de ordenar todo, fui a ponerme un short y baje hasta donde se encontraba Octavio, Alonso a su cita con diana, pero antes de salir me tomo y me dio un beso en la boca.
Era el último día en Cancún, mi tío Guillermo estaba recostado en la arena de la playa, mientras nosotros disfrutábamos el mar por última vez, más tarde sonó mi celular, regrese a la orilla.





− ¿bueno?−conteste.
−Fer, soy Alonso, te llamo para avisarte que diana ya se fue, te estoy esperando en el cuarto.
−no iré, no estoy preparado para esto, discúlpame.
Quedo en silencio por un minuto y colgó, esa noche esperando que llegara en el cuarto, no sabía cómo disculparme, me moría de pena, nunca debí haberme metido con mi propio primo, ahora veía las cosas claras.
Se abrió la puerta, entro, me miro y se metió al baño, minutos más tarde salió, yo estaba acostado en la cama, se acomodó a un lado mío, me di la vuelta, mire sus ojos que se dirigían a mí fijamente.
− ¿Qué fue lo que paso esta tarde?−pregunto




−no quiero equivocarme, no quiero que esta relación tan bonita que formamos, se eche a perder por tratar de ser algo más, somos primos, date cuenta que lo que hacemos no está bien.
−lo sé, pero dime, como poder no enamorarme de ti, Fer si desde el primer momento en que te vi, supiste como entrar a mi corazón.
−sabes, soy un patético, te he mentido todo el tiempo, nada de lo que te he dicho de mi vida en España es verdad, estoy enamorado de mi mejor amigo y desde hace tiempo le doy alas a Erick el único chico que ha estado a mi lado, pero lo que más quiero es ser feliz sin lastimar a nadie.
−si pudiera irme contigo, te juro que nadie te haría daño.
−no es tan sencillo, como decirlo.
Esa noche dormimos abrazados, dejando que ese cariño que había entre nosotros hablara por sí solo, a la mañana siguiente tomamos el vuelo de regreso, llegando a casa, mi prima salió a recibirnos, dijo que me había extrañado. La última semana en México se pasó muy rápida, entre salidas familiares y las que hacía con Alonso, inevitablemente el sábado llego, la despedida fue muy emotiva, había formado una gran relación con los chicos, no tenía hermanos y ellos habían llenado ese espacio vacío en mi corazón.
En el aeropuerto, antes de tomar mi avión, tocaba decirle adiós al chico que había echo de estas últimas cuatro semanas, las mejores vacaciones que nunca había tenido.
− gracias por todo, te voy a extrañar mucho−dije mientras lo abrazaba.
−yo igual, prometo visitarte vale−se acercó, susurrando a mi oído dijo−te quiero−
Me separe de él, di la vuelta y comencé a caminar, no quería voltear a verlo, no podría aguantarlo. Me pare a lo lejos y me despedí moviendo el brazo.



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