viernes, 29 de agosto de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 23



CAPITULO 23
“LA FAMILIA DE MI NOVIO”

Su cara me atrapaba, su cuerpo casi desnudo me hipnotizaba, no sabía que responder, no podía seguir con este juego que terminaría por arruinarlo todo así que conteste con la verdad; Erick, eres un niño muy lindo, no eres ese patán que todos piensan, yo conozco el verdadero, el que me apoyo en todo, quien me dio miles de sonrisas y días divertidos y por esa razón, no puedo seguir engañándote, haciéndote cada vez más daño. Como amigo eres el mejor y no tengo duda de que como novio seas aún mejor, pero te mereces algo más, me hubiera gustado que hubieras llegado antes, pero como sabes, mi corazón le pertenece a Raúl y no puedo cambiar eso.
−qué más quisiera Fer que ser esa persona que te hace suspirar diario, el dueño de tu corazón y tus pensamientos, pero aquí me tendrás a tu lado pase lo que pase.
−gracias, sabía que me entenderías−conteste mientras besaba su frente−creo que es hora que te vistas y vayas a tu casa, tu mama debe seguir preocupada.
−lose, imagino la que me espera.
−sí, mañana me cuentas como te fue en clase.
Esa semana fue de lo más normal, entre las típicas preocupaciones de exámenes, trabajos escolares y mi nuevo pasatiempo favorito: mi novio.
El jueves por la tarde, después de clases, mientras chateaba con Alonso, que me contaba que habían regresado a aquella playa, donde la pasamos tan bien, pero ahora todos juntos en familia.
Casi después de colgarle recibí otra llamada, era Raúl, claro comenzó haciéndome una escena de celos por que llamaba y la línea estaba ocupada, pensaba que platicaba con Erick lo cual negué, dije que era con mi primo, claro él no sabía nada de lo que había pasado entre nosotros y no tenía muchas ganas de decírselo tampoco.
El caso era que me invitaba a ir con él y su familia a una fiesta, el hermano menor de su papa se casaría, ellos viven fuera de Madrid así que tendría que pedir permiso por todo el fin de semana, nos iríamos el viernes temprano, quede de avisarle si mis papas decían que sí.
Espere a la cena para decirles, ellos no lo pensaron mucho antes de decir que si ya que quieren mucho a Raúl, según ellos es un buen chico, una muy buena influencia para mí, pero pues en realidad no sabían nada  de él, comente que no iría a la escuela el siguiente día por que pasarían por mi muy temprano, mama dijo; levántate ya y ve a arreglar tus maletas, subí de nuevo a mi habitación, llame a mi novio y nos pusimos de acuerdo, pasarían por mí a las 10 am.


Entramos, estaban todos sus tíos, primos y amigos de la familia, claro que yo no conocía, en ocasiones me presentaba como su amigo, otras como un primo, eso me incomodaba un poco, pero no dije nada, no echaría a perder la noche ya que fui yo quien insistió en venir.
Salimos temprano, llegaron en el coche, su papa se bajó a tocar la puerta, baje con mis maletas, detrás de mí mis papas, dándome el sermón; pórtate bien y esas cosas que los papas acostumbran.
A mi izquierda, Raúl, a mi derecha su hermanita aun dormida. En alrededor de cuatro horas, al fin llegamos, nos dirigimos a la un hotel que quedaba cerca del lugar del evento, mi novio y yo nos quedamos juntos por disposición de su papa, estábamos cansados, aburridos, nos pusimos cómodos, nos bañamos y salimos a comer al centro, entramos a un lugar de comida china.
− ¿irán hoy a la despedida de tu tío?−pregunto a Raúl su papa.
−amm no sé, no lo había pensado.
−vayan para que Fer conozca la ciudad−dijo su mama.
−sí, suena interesante−conteste, aunque no me lo parecía en verdad
Mientras caminábamos, a mi novio no le hacía mucha gracia ir, decía que esas cosas no eran para mí, pero solo quería divertirnos, no quería quedarme esa noche encerrado en el hotel.
Unas cuadran antes de llegar, nos encontramos a unos tíos, me presento, llevaban a una niña tal vez dos años menos que su hermanita. Después de presentarme y una plática que parecía eterna la señora me dijo;
−oye que lindo cabello tienes. Me sentí a penado, respondí; gracias.
−parece gay−comento la niña.
Estúpida mocosa, como te atreves a decir eso frente a todos, pensé mientras me ponía roja. Raúl solo rio, el señor dijo;
−discúlpala, ni siquiera sabe lo que es eso.
−no se preocupe.
−si lo sé, son los hombres que se casan con otros hombres.
Pensaba, estúpida mocosa que no te enseñan a no meterte en pláticas de adultos
−bueno, nos tenemos que ir por que iremos a la despedida del tío−comento Raúl después de un incómodo silencio.
Llegamos al hotel, solo nos dio tiempo de arreglarnos, salir, tomar un taxi y dirigirnos al evento, que sería en un bar de la ciudad.


Me quede solo en la barra, frente a mi alrededor de cuatro mesas me separaba de la pista, donde unas chicas, muy bien formadas, lo admito, estaban tallando su cuerpo contra una barra de metal, o lo que los chicos llaman baile de tubo y eso.
Raúl, estaba como candidato a presidencia, saludando de lado a lado, mientras yo me moría de aburrimiento, entreteniéndome con las copas gratis del bar. En eso me puse a hacer lo primero que se me ocurrió… buscar a los chicos más guapos de la noche y en la mesa junto al baño estaba uno muy solo, pero extremadamente sexi, con su atuendo deportivo no apto para estos eventos, pero que a él lo hacía lucir muy bien.
La noche transcurrió entre tragos y chicas en poca ropa, Raúl estaba a mi lado algo distraído con las estríper, no me importaba yo lo hacía igual con el guapo junto al baño, cuando vi que se levantó, camino hacia nosotros.
−primo… hasta cuando te dejas ver.
−hola, ¿estabas aquí? No te vi.
−si estaba sentado por allá.
−oye te presento a mi amigo Fernando.
Me extendió la mano, sonrió, ya te había visto, mucho gusto.



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lunes, 25 de agosto de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 22




CAPITULO 22
“SOLO QUÉDATE CONMIGO”
No podía creer lo que estaba escuchando, me sentía culpable de lo que estaba pasando, baje corriendo las escaleras y grite;
−mama, tengo que salir, Erick no aparece, acabo de llamar a su casa.
−usted no va a ningún lado jovencito, él ya es suficientemente grande como para saber lo que hace.
Tome las llaves sobre la mesa, las guarde en mi bolsillo y subí de nuevo a mi cuarto, me cambie y por ultimo me recosté en la cama, era inútil tratar de descansar un poco la preocupación me comía vivo.


Un trueno me hizo saltar de la cama, camine a la ventana, el cielo era gris, una tormenta se acercaba, no podía esperar más. La décimo cuarta llamada llego;
−vamos, contesta… vamos…
−buzón de… −colgué.
Me puse mi camisa y mis tenis, abrí la ventana, me deslice fuera, estaba en el segundo piso y comenzaba a llover, me abrase al árbol que estaba detrás de la casa y me deslice hasta el suelo. Me escabullí hasta llegar al auto, sabía que esto me costaría muy caro, nunca lo había tomado sin permiso y eso me preocupaba aún más, eran casi la una y media de la noche, la calle estaba desierta, conduje tratando de no quedarme dormido sobre el volante, no sabía por dónde empezar a buscar, solo sabía que no me iría a dormir sin encontrarlo antes.


Recorrí casi toda la ciudad estaba por darme por vencido, la lluvia parecía ser más fuerte, al doblar la esquina antes de regresar a casa, vi a un hombre tambaleante que trataba de mantenerse en pie, yendo de un lado a otro de la carretera, me pareció conocerlo, fui tras del lentamente, encendí y apague los faros del coche, volteo a verme, era Erick, me coloque a su lado, baje la ventana.
−hey, sube al auto.
Me miro por un segundo, pero no dijo nada y siguió caminando, yo a su lado, me pare a un costado de la carretera y baje del coche, no me importaba mojarme, no me importaba el frio, corrí tras de él.
−sabes que nos tenías preocupados, ¿Qué pensabas al no llegar a tu casa?
−no actúes como si te importara lo que me pasa.
−claro que me importas, eres una persona muy importante para mí y si algo te llegara a pasar, por mi culpa, no me lo perdonaría.
−pareces actuar muy contrario a lo que piensas−contesto sin voltearme a ver.
−sé que me porte como un idiota y lo ciento.
−es muy fácil decir lo ciento ¿no crees?
−ven, volvamos al auto, y platiquémoslo dentro.
Después de rogarle, acepto, en cuanto subimos avise a su casa que estaba conmigo, conduje sin rumbo, buscaba palabras para explicar todo, pero como me había dicho antes, un lo siento no era suficiente, él se merecía algo más que un perdóname, había estado cuando nadie más lo hizo y no podía pagarle de esta manera.
−desde que nos conocimos sabias muy bien que estaba enamorado de Raúl.
−pero yo hice lo posible por darte lo que el  no.
−no niego, que eres una persona increíble, pero compréndeme, te quiero más como amigo, como un hermano.
−ese es el problema, yo te amo Fer.
−hablaremos de esto mañana que estés sobrio, mientras hoy te quedaras con migo, no creo que sea buena idea llevarte a tu casa en este estado.
−ok, está bien.


Llegamos a casa, parecía que mis papas no habían sentido que estaba fuera, abrí la puerta y entramos cuidadosamente, tratando de no hacer el más mínimo ruido. Caí rendido sobre mi cama y aun lado Erick.
La mañana siguiente, el desvelo era insoportable, me levante con un dolor de cabeza, levante a Erick aun ebrio, lo senté en la orilla de la cama, le quite la camisa, aún tenía los ojos casi serrados, saque sus zapatos y sus calcetas, como pude deslice su pantalón por sus piernas, lo recargue sobre mi hombro y lo metí al baño, casi no podía sostenerlo, no quería dejarlo solo, me daba miedo que callera, pero tampoco me metería con él.


Media hora después salió ya casi en sus cinco sentidos, estaba mojado, con su bóxer negro, se paró tras de mí y dijo mi nombre voltee.
−estoy dispuesto a dejar que seas feliz, aunque no sea a mi lado, nunca te podre olvidar, no lo niego, cuando estés listo para darme una oportunidad, te estaré esperando.
Solo dime que no sientes nada, si hago esto; se acercó a mí, me tomo de la mejilla, me acaricio y me dio un beso.
Mi chico malo me había besado, aquel niño que era mi peor pesadilla en clase, el cual se había vuelto mi mejor amigo, mi confidente, trataba de ser algo más en mi vida, lo mire y conteste…






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