miércoles, 24 de septiembre de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 30



CAPITULO 30
“LA PRIMERA VEZ” (PARTE 2)

Se acercó a mí, tomo mis manos y me dio un beso, vacío mas vino sobre su copa, se levantó y puso música, era una especie de balada romántica, las velas nos rodeaban, iluminándonos con su luz tenue.
−no me esperaba todo esto.
−bueno, dijiste que querías algo especial y esta es mi forma de demostrarte que te quiero.
−pero, ¿cómo le hiciste para preparar todo en unas pocas horas?
−corriendo y llamando a mucha gente, pero no hablemos más y disfrutemos el momento.
Se levantó, me llevo con él, comenzamos a bailar, estábamos juntos, me rodeaba con sus brazos, poniendo sus manos en mi cintura,  yo con los míos tomándole la espalada y mi cabeza recostada en su pecho, podía sentir el aroma suave de su perfume, como

−mmm, que sexi mesero, me toco en esta cena, ¿esto era parte del menú?
latía su corazón, rápidamente, nunca imagine poder vivir algo así, me separe de él, alzo el brazo y me dio media vuelta, dándole la espalda, se acercó a mí por detrás, me abrazo, mientras yo tomaba sus manos con las mías, ahora estaba recargado sobre mi hombro, podía sentir su respiración en mi cuello, nuestro alrededor era obscuro, de fondo sonaba una canción en ingles que hablaba de la persona que más quieres en la vida, del primer amor, mientras Raúl y yo nos balanceábamos de un lado a otro lentamente, bailando aquella melodía, mis pies torpes trataban de seguir el ritmo, entre pisones, tropiezos y pequeñas caricias.
Dos canciones y tres copas más de vino después, la temperatura parecía comenzar a subir entre nosotros, cuando le di un beso que había provocado que Raúl me arrinconara hacia la mesa y yo me encontrara sentado sobre ella, lo tomaba de la cintura, jalando su camisa, mordía sus labios y el los míos.


−jajája, claro, pero aún falta el menú principal−contesto mientras reía.
Me tomo de la mano dijo; sígueme, camine detrás de él, cuando comenzamos a subir las escaleras, comprendí a donde nos dirigíamos, los nervios comenzaron a hacer de las suyas, comencé a ponerme frio. Abrió la puerta de su habitación, quede sorprendido.
Había un camino de velas en el piso que terminaban rodeando su cama, la cual tenía pétalos de rosas en forma de un gran TE AMO sobre ella, casi llore de la emoción pero no quera parecer tan patético, para este momento casi ya estaba temblando.
− ¿Qué tienes mi amor?−pregunto.
−estoy muy nervioso, ya te había dicho que es mi primera vez y tengo un poco de miedo.
−oye, tengo que confesarte algo, yo… nunca había estado con alguien más tampoco.
Lo mire y lo bese una vez más, que los dos no tuviéramos ninguna experiencia en esto tal vez me tranquilizaba un poco más, nos sentamos a la orilla de la cama, en silencio, ninguno de los dos sabia como dar el siguiente paso o tal vez era que nos daba un poco de pena. Ya habíamos llegado hasta aquí como para echarlo a perder −pensé− yo fui quien comenzó.


Me acerque a su lado y comencé a besarlo, nos recostamos juntos sobre su cama, me subí sobre él, desabroche lentamente cada uno de los botones de su camisa dejándolo solamente con su pantalón, el quito la mía deslizándola por mi cuerpo rápidamente, aflojo mi pantalón, que no duró mucho en caer al piso, quite el botón del suyo, baje el cierre, y se lo quite de un jalón, estábamos los dos, casi desnudos, besándonos, acariciándonos, apunto de hacer lo que llevábamos deseando desde hace mucho tiempo.
El llevaba un bóxer azul, cortó y pegado, se sentó en la cama, yo aún sobre sus piernas, bajaba por mi cuello con su boca, dando pequeños besos hasta llegar a mi pecho, mordía mis pezones mientras yo apretaba su espalda con mis dedos, lo tomaba de la cabeza, lo tomaba del cabello y lo dirigía pidiendo más, mis manos y las suyas se volvían locas recorriendo de arriba abajo cada centímetro de nuestros cuerpos, me tomaba por atrás, con sus dos manos sobre mis muslos y me acercaba a él.


Sentía como mi pene rosaba el suyo, se recostó nuevamente sobre la cama, baje, bese arriba de su ombligo, aun llevaba puestos los calcetines negros, le los quite y subí hasta su bóxer donde un gran bulto me esperaba, lo tome con mi mano y lo dirigí a mi boca, mordí sobre la tela suavemente, baje acariciándolo con mis labios, deslice un poco su ropa interior, dejándola un poco de fuera, comencé a hacerle un oral,  tomando con una mano su polla y con la otra su abdomen, el solo gemía y se retorcía de placer, sacudía de arriaba abajo con mi mano mientras la metía en mi boca, saque por completo su bóxer, él tenía su mano izquierda sobre mi cuello, podía escuchar como su respiración se hacía cada vez más fuerte y profunda.
Me recosté sobre la cama, boca abajo, él estaba detrás de mí, trato de meterla, me dolió, me hice a un lado, me dijo que lo haría despacio y así fue, nunca antes había sentido esto, mis ojos estaban llorosos, una lagrima callo de ellos, mientras Raúl, se movía lo más lento que podía, después de unos minutos, ese dolor se había empezado a desvanecer y se había convertido en placer.


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