CAPITULO
27
“EL
ADIOS”
Era
demasiado soñar con ser feliz, levantarme en las mañanas, leer el mensaje de mi
novio diciéndome buenos días amor, ir a clases, ver a mi mejor amigo, salir en
la tarde con ellos y pasarla de lo mejor, ya había olvidado como era estar
preocupado por algo, triste, desesperado, y ahora me encontraba en un taxi
rumbo al aeropuerto al borde del llanto. El camino me parecía eterno, mis manos
estaban frías y sudadas, creí que no iba a poder hablar por última vez con
Erick, pero lo hice, lo alcance, sus padres estaban a nuestro lado, no podía
decir todo lo que sentía en ese momento, por que escuchaban, fuimos a la cafetería
y nos sentamos juntos a platicar;
− ¿Cuándo pensabas decírmelo?
−hace algunas semanas mis padres me lo dijeron,
estabas muy feliz Fer y no quería verte triste, yo sé lo que has sufrido,
estuve ahí cuando ni siquiera salías de tu cuarto, cuando te aislabas de las
personas.
−lo sé y es por eso que no podías irte sin
despedirnos, siempre serás mi mejor amigo, me aras mucha falta.
−solo será un año…
−y que hare mientras, ni siquiera conoces a
alguien, es otro continente, otro país ¡ya se! quédate conmigo, mis padres te
aceptaran, así no tendrás que dejar la escuela.
−ya está todo arreglado, es demasiado tarde, te
había dejado un mensaje para vernos pero creo que no lo leíste, ahora tienes
otras prioridades.
−la amistad esta delante de todo, nada más me
importa, solo tú, espero que este año se pase pronto para volver a verte.
Saco de su mochila una rosa casi marchita y me la
dio, tomo mi mano y dijo –no dejes que nadie pase sobre ti, vales mucho y te
mereces tener alguien que te quiera tal y como eres, sin esconderse ni
aparentar otra cosa, que no le importe nada más que hacerte feliz.
Sabia porque me lo decía, y lo más importante por
quien, aunque no era un adiós, sino un hasta pronto, no pensaba como serian mis
días de ahora en adelante, era más que una rutina tenerlo a mi lado, era saber
que había alguien que estaría ahí cuando más lo necesitara, que me atraparía
cuando callera y que me ayudara a levantarme con más fuerzas.
Muchas veces tratamos de llegar mucho más allá,
de meternos en el corazón de la otra persona, pero el amor es de dos y si no se
logra nada más se puede hacer, prefería tener a Erick como amigo, sé que como
novio seria aún más increíble, pero no quería perder toda esta magia que
teníamos cuando estábamos juntos.
El avión se había ido y con él se había llevado
un pedazo de mi corazón, de mi vida, de regreso en casa, sentado a un lado de
mi ventana, observando como el ultimo rallo del sol trataba de escapar de la
obscuridad de la noche, pensaba, en que tal vez nunca llegaría a ser cien por
ciento feliz, siempre parecía ser todo perfecto y de repente, llegaba algo que
lo cambiaba todo. No era solo una cuestión que estaba en mi cabeza, ni mucho
menos por la depresión provocada en el momento, sino todo lo que me rodeaba,
era frustrante vivir bajo las reglas de la sociedad, no poder expresar lo que
piensas, ni ser quien en realidad eres, salir a la calle y sentir las miradas
acusadoras de la gente donde no hacer lo que ellos piensan propio es estar mal.
Tenía a mi familia, que no sabía que era
homosexual y no sabía cómo reaccionarían cuando lo supieran, estaba también mi
novio, era mi chico perfecto, de quien había estado enamorado desde el primer
instante que cruzo frente a mí, pero que tenía un defecto, ese era su novia.
Aunque yo mismo había aceptado esta estúpida relación, ser el otro y compartirlo
con alguien mas no era lo que quería.
Y así había comenzado mi semana, las últimas de
mi año escolar, estaba por cerrar un ciclo y comenzar uno nuevo, en mi vida. Al
día siguiente no tuve ganas de ir a la escuela, me quede acostado hasta tarde,
mirando la televisión, escuchando música en mis audífonos. Más tarde llego a mi
casa Raúl, subió a mi cuarto, aún estaba en pijama, me dio un poco de pena.
− ¿Qué haces aquí?
−como ¿qué? Pues vine a ver por qué no fuiste a
la escuela.
−eh, me sentía un poco mal.
−claro, es eso o estas triste porque tu amiguito
se fue…
−está bien, si solo viniste a reclamarme puedes
irte.
−no, perdona, estaba preocupado.
Mi madre me grito desde el piso de abajo; Fer voy
a salir, regreso más tarde. Después que se fueron bajamos, pusimos una película
para pasar la tarde juntos, Raúl se acomodó en la esquina del sillón y yo entre
sus piernas, rodeándome con sus brazos.
−oye…
− ¿Qué?−conteste.
−te quiero…
Raúl no era de ser muy romántico, así que
disfrutaba de estos momentos tan lindos, más tarde comenzó a besarme el cuello,
saco mi playera, sus manos recorrían mi pecho de arriba abajo, me voltee y me
senté sobre sus piernas, deslice fuera su uniforme dejándolo solamente con su
pantalón de tela, me encantaba y me prendía verlo sin camisa, recorrer sus
músculos con mis dedos, metió sus manos entre mi short tomándome por detrás,
encima de mi bóxer.
−espera, no puedo hacer esto−mientras me paraba
del sillón.
− ¿Por qué? ¿No quieres estar conmigo?−contesto.
−estamos en mi casa…
−que tiene, estamos solos, por un rato más.
−no, por favor dejemos esto, no puedo hacerlo.
Al parecer, a mi novio no le había echo mucho
gusto que lo dejara así, quería tener relaciones con migo, pero tras explicarle
que pensaba que mi primera vez tenía que ser muy especial, algo que no olvidara
nunca, pero no me comprendía, solo me dijo; qué caso tiene ser novios, si cada
vez que quiera estar a tu lado, dirás que no, yo quiero hacerlo y si tú no
estás dispuesto pues creo que hasta aquí la dejaremos…
No conteste nada, simplemente se levantó y se fue
sin despedirse de mi.
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raul es lo peor que triste que se aya ido erick debió haber quedado con fer pero bueno.
ResponderEliminarhasta ahora todo va bien y como se llama la canción.
tu me cambiaste la vida de rio roma, gracias por tus comentarios
ResponderEliminarErick, porque te fuiste, y Raúl, porque tan incomprensible.
ResponderEliminarDe todo modo me encanto, y espero el próximo capitulo.
ResponderEliminarcuando sera publicado el próximo capitulo :)
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