jueves, 4 de septiembre de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 25



CAPITULO 25
“MOJADOS”
Decidí no cometer esa locura, ya había hecho muchas a lo largo de la noche, eran casi las tres de la mañana y la fiesta en el cuarto del hotel continuaba, la verdad yo ya estaba quedándome dormido, pero esperaba que todos se fueran.
Decidí dejar las copas de tequila por la paz, no acepte ni una más, tenía hambre así que pedí algo a recepción, más tarde la cena llego, los chicos estaban tomadísimos y seguían en su rollo, me senté en una esquina y me dispuse a comer, mientras lo hacía podía ver como uno a uno de los chavos se quedaban dormidos, donde fuera, solo quedaban cuatro, entre ellos mi novio y Ricardo el cual llego a verme, se sentó a mi lado y pregunto;


¿Por qué no quisiste que te bailara?
−porque tengo novio−conteste, estaba tan borracho que mis palabras salían de mi boca antes de pensarlas.
−pero él no te está mirando o ¿sí?
−sí, lo hace− oh por dios, que acabo de decir, se supone que lo que tenemos es un secreto, no puedo echar a Raúl de cabeza con su primo, pensé.
−ah sí y ¿Dónde está el?
−en mi corazón, y no puedo engañarlo− había sido una respuesta tonta y estúpidamente cursi, pero era lo primero que se me ocurrió.
− ¿acaso no te gusto?
−no puedo negar que seas muy lindo, desde que te vi en el bar de la fiesta llamaste mi atención, pero igual y no quiero que pienses mal de mí.
−no claro que no. Me di cuenta como me mirabas, por eso fue que me hacer que a ustedes y invente todo esto de seguirla para conocerte más, nunca había conocido un niño que me llamara la atención, eres el primero, pero no se lo digas a nadie.
−jajaja claro que no lo hare.
−vale y no me importa lo que te traigas con mi primo eh, que yo no me creo eso que nada más sean amigos.
Medio una poco de tequila que sobraba de su baso, eso basto para que mi mente dejara de funcionar bien, el mundo me daba vueltas, no podía caminar sin agarrarme de las paredes, nunca en mi vida me había emborrachado tanto. Decidí echarme un poco de agua en la cara, como pude camine al baño y al llegar…


Desperté, estaba tirado en el piso del baño, mi ropa estaba mojada, me dolía la cabeza, estaba oscuro pero bajo la puerta entraba un poco de luz, me estire, escuche a alguien bostezar, me senté rápidamente, exaltado, Raúl estaba acostado a mi lado, sin camisa.
−oh por dios, que hice… 
Lo moví y no despertaba; joder levántate que no pueden vernos aquí, después de costarme un gran trabajo, abrió los ojos.
− ¿puedes explicarme que haces aquí? Acaso tu y yo…
−cálmate Fer, no me grites que me duele la cabeza, dios que noche−contesto.
−no estoy gritando−susurre− pero tienes que decirme que paso.
Se sentó, tallo sus ojos y dijo; que más, tuvimos una increíble noche de sexo salvaje.
− ¿Qué? Wow no recuerdo nada, pero, pero ¿cómo?−me puse pálido.
−jajaja tranquilo Fer que estoy bromeando, anoche ya todos estaban quedándose dormidos, igual que yo, pero vi que pasaste agarrándote de la pared rumbo al baño y supuse que te estabas sintiendo mal de nuevo.
−aja y luego, vamos habla…


−pues fui de tras de ti, cuando abrí la puerta estabas tirado en el piso, me asuste pero después de percatarme de que estabas dormido y no muerto−riéndose− me acosté alado de ti y por lo que veo me quede dormido.
− ¿eso es todo? Uff que alivio, bueno levántate y salgamos, ojala y todos aun estén dormidos.
No solo era el alivio de saber que no me había acostado con el primo de mi novio, sino que también era que si lo hubiera hecho en las condiciones en las que estaba probablemente no recordaría nada y no me iba a perder de un momento así con un chico tan sexi como él.
Nos levantamos, se puso su camisa, estaba mojada igual que la mía, podía ver sus abdominales marcados en ella. Tengo que alejarme de esta tentación, pensé.
Afortunadamente todos seguían dormidos, los despertamos para que fueran a sus casas, ya era tarde. Uno de ellos al despedirse de Ricardo le dijo; estas mojado.
Raúl me vio y dijo tú también, otro comento ¿se bañaron juntos? Me puse nervioso, se echaron a reír, Ricardo contesto, hombre primito que en tu baño no hay toallas y uno tiene que ponerse la ropa aun mojada.
Nos despedimos de todos y quedamos de vernos en la boda esa noche, la cual estuvo genial, eso sí, no volví a probar ni una gota más de alcohol, no podría decir lo mismo de mi novio. Regresamos a casa al día siguiente por la tarde.



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