domingo, 14 de septiembre de 2014

EL DIARIO DE FER CAPITULO 28



CAPUTULO 28
“TE AMO”

No sabía si lo anterior había sido solamente una escena de enojo por parte de mi novio o ciertamente aquí había acabado toda esta nuestra pequeña historia de amor. Esa noche me quede despierto hasta tarde, tratando de sacar esa duda de mi cabeza, al día siguiente, era hora de arreglarlo todo, pero él fue quien no llego a clases esta vez, en la tarde, ni siquiera contesto uno solo de mis mensajes, ni una sola llamada. Después de haberme metido a bañar, dejar todo por la paz y disponerme a ver una película un rato mi celular por fin sonó.
−Fer ¿podemos vernos un rato?−pregunto Raúl.
− ¿ahorita? Ya es muy tarde, mis papas no me dejaran salir.
−mira por la ventana, estoy afuera de tu casa…
Colgué y baje corriendo, estaba emocionado, algo nervioso, no sabía a lo que había venido, me pare detrás de la puerta, respire profundo y abrí, lo salude, nos sentamos en la banqueta.
−disculpa la hora, pero tenía que hablar contigo, necesitaba hacerlo.
−descuida, no estaba haciendo nada, me aburría en mi cuarto−mentía.
−iré al grano, vine porque quiero que me disculpes por lo de ayer, creo que, me comporte como un patán…


− ¡un idiota!−dije riendo.
¡hey! Jajaja vale lo acepto, fui un crio. Bueno en fin, quiero que me perdones, te quiero y si tú no estás preparado para dar el siguiente paso, está bien, te esperare.
−si me das un beso te perdono−me lo dio− sabes, no es que no esté preparado, mucho menos quiero que pienses que no quiero hacerlo contigo, pero será mi primera vez y quiero que sea algo que nunca olvide.
−vale, te amo.
−y yo a ti…
Al día siguiente, todo siguió siendo de lo más normal, excepto cuando me acordaba de Erick, lo extrañaba y me entraba la depresión, pero para esos momentos mi novio siempre tenía un chiste preparado, o algo que siempre me hacía reír. En clases la profesora Lili, nos puso en equipo para realizar un trabajo, éramos,  mi novio, este chico llamado Cristian que parecía no separarse de él y esta amiga que tenía, creo le gusto porque siempre se me insinúa, pero claro, no le hago caso y por ultimo yo, estábamos con resúmenes y esas cosas aburridas. Un papelito llego a mí; mira bajo la mesa. Al parecer estaba excitado, bajo su pantalón de mezclilla se dibujaba un bulto, al momento solo sonreí, no era la primera vez que le pasaba en clases, siempre relajeábamos con eso, conteste su papel; ya me di cuenta, se mira muy rico, no acostumbraba a ser tan directo, pero digamos que ese día me había levantado un poco pervertido.


− ¿quieres tocarla?− volteo a ver, detrás de él estaba la mis Lili en su mesa, disimuladamente acerco su silla a la mía y coloco su mochila entre el espacio de ellas. Quería hacerlo, pero estábamos en plena clase, aunque la sensación de ser cachados me prendía más, por un momento olvide, que estábamos haciendo y donde estábamos.
−pónmela en la mano−escribí, los dos sin siquiera voltearnos a ver, aparentando estar concentrados con el trabajo, acerque mi brazo a él, sentí su mano sobre la mía, lentamente la deslizo hasta llegar a su entre pierna, podía sentirla en mi mano, no hacia movimientos bruscos, solamente daba pequeños apretones, al parecer lo disfrutaba, sentís sus latidos, cada vez más frecuentes, el deseo creció y nos llevó a mas, estábamos rodeados de gente, pero eso nos importaba muy poco, baje lentamente su sierre sin hacer ruido, como pude, metí mi mano bajo su jean, después bajo su bóxer. Sentía su humedad en mi mano.
− ¿Qué haces Fer?−nos habían cachado.
−emm, ehh tarea, si y apúrate que nos queda poco tiempo−conteste a la chica.
Me había puesto más rojo que un tomate, no sé si Raúl también, no pude siquiera voltear a verlo, bueno aunque eso había sido suficiente para que esta chica que parecía vivir eternamente enamorada de mi me dejara en paz, no puedo negar que a veces sus halagos me gustaban, a nadie le molesta que lo hagan sentir bien, pero no era quien para engañarla a ella también con una esperanza falsa. Se nos había pasado la mano, por un momento olvidamos donde realmente estábamos y nos dejamos llevar por ese deseo que ya no podíamos ocultar y mucho menos soportar, nadie más pareció notar aquella puesta en escena de teatro prono que teníamos en la esquina del salón.
Había caminado, con mi maravilloso y sexi novio hasta mi casa, no podía evitar esa sensación de haber querido más, era la primera vez que había tocado su pene, las tardes eran muy poca cosa comparadas con los sueños que se hacía cada vez más frecuentes en las noches, había pasado tanto tiempo prohibiéndome estas emociones, con Erick cuando me lo propuso, o con Alonso, que no era propio pues somos primos pero que nadie en su sano juicio negaría estar una noche con él, yo lo había hecho, quería que fuera algo especial, pero no bastaba con que yo lo quisiera, sino que a mi novio le saliera realmente del corazón, después de tanto pensarlo, decidí que esas cosas solo pasaban en las novelas y películas cursis, esto era la vida real, daría el siguiente paso yo mismo.


2 comentarios:

  1. Omg, tan loco para hacer eso en clases .

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  2. Esta super buena e interesante todo bien hasta ahora esperemos que pasara.
    Gracias por esta historia.

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