TEMPORADA 2
CAPITULO 2
“EL PRIMO DE MI
AMIGO”
Después de aquella ridícula escena con armando del coqueteo fallido, habíamos pasado
unas horas más en el agua, después de ver la puesta de sol todos juntos y de
acabarnos muchas cervezas, decidimos que era hora de irnos al hotel, en lo
personal ya no aguantaba ni un minuto más con agua salada en el cuerpo, todo me
picaba.
El
hotel no estaba lejos de donde nos encontramos y no tardamos mucho en llegar,
entramos a la cabaña, era grande pero solo contaba con un baño y era obvio que
todos queríamos usarlo, en fin primero se metieron a bañar todas las chicas, éramos
cuatro chicos; un primo, mi amigo, el primo de mi amigo
y yo, nos quedamos en el balcón platicando
mientras esperábamos. Mas tarde:
− ¿Por qué no me cuentas sobre ti?−pregunte.
− ¿de mí? Am pues, tengo veintitrés años, soy
maestro…−lo interrumpí diciendo;
−wau, ¿enserio? ¿Y de qué?
−ingles, doy clases en una primaria en el
centro.
−mira pues tendrás que darme unas clasecitas
porque soy malísimo.
−claro, cuando quieras puedo ayudarte con tus
tareas y ¿qué me puedes decir sobre ti?
−bueno, tengo dieciséis años y estudio, bueno
estoy por entrar al Zurbarán.
Antes de que pudiera preguntarme algo más,
las chicas salieron del baño y los chicos gritaron; seguimos nosotros, entraron
todos, detrás de ellos yo no tan convencido de hacerlo, comenzaron a desvestirse,
soy muy penoso y pedí poder apagar la luz, lo hice, quedamos los cuatro
totalmente desnudos en la obscuridad, eran dos regaderas y tendríamos que
compartir, el agua estaba muy fría, no pude darme cuenta de quién era la
persona con la que me estaba bañando, solo podía medio tocar su pecho de vez en
cuando para saber dónde estaba. Aun sin luz se cambiaron, yo me espere hasta el
final, encendí la luz, termine de bañarme bien, me cambie y salí.
Solo
estaba armando parado frente a una de las camas con su maleta, únicamente en
bóxer, por un minuto me quede totalmente embobado viendo sus músculos mientras
se cambiaba, dijo que los demás había ido por algo de cenar, mientras yo seguía
prestándole muy poca atención a lo que decía y mucho más atención a lo que
hacía, deslizaba un pantalón de
mezclilla deslavado entre sus piernas,
dejándolo por debajo de la cinta blanca de su ropa interior, se colocó una
camisa blanca que decía unas palabras en inglés que no pude entender.
Más tarde llegaron los demás con pizza,
refrescos y botellas de tequila y ron, estaba sentado sobre la cama comiendo
con la espalda pegada a la pared, muriendo lentamente de frio, el aire
acondicionado estaba demasiado fuerte pero no lo pudimos componer, al terminar
de cenar alguien dijo; vamos a la alberca a tomarnos lo que trajimos, las
chicas decidieron no acompañarnos, se acostaron a dormir, los demás salimos, ya
era noche y no había nadie, el agua estaba caliente, muy rica, tanto que podía
serrar los ojos y quedarme totalmente dormido. Colocaron una de las mesas a un
lado de la piscina y ahí estuvimos relajeando, mientras las botellas se des
vaciaban copa por copa.
Estábamos todos nadando, menos armando,
entonces pregunte porque no se metía, pero dijo que ya no llevaba ropa y no
quería mojar la que tenía, entonces su primo contesto; ¿Por qué no te metes
desnudo?
Yo lo quede mirando, no creí que fuera a
hacerlo. En una de las cillas del otro lado de la alberca había una toalla, fue
por ella para ponérsela. Se quitó los tenis, las calcetas, tomo desde abajo su
camisa blanca y la deslizo por su cuerpo, desabrocho su jean y se lo quito,
desprendió la toalla pero era muy pequeña, −ni modos, algo me tapara. Dijo mientras se
quitaba el bóxer y quedaba totalmente desnudo delante de mí, trataba de no
voltear a verlo mucho, no quería ser tan obvio, pero era muy guapo y tenía un
excelente cuerpo como para ignorarlo. Se había quedado sentado a la orilla, no
habíamos podido platicar mucho en la playa así que me acerque a él y me senté a su lado. platicamos por un
buen rato, mientras seguíamos tomando, llego un punto en el que me sentía muy
mareado y todo me daba risa, estaba algo tomado ya no pensaba mucho lo que
hacía ni lo que decía y creo que él estaba igual o peor que yo.
Me quedaba viendo sus piernas, musculosas y
llena de bellitos de repente, cuando reaccionaba del alcohol volvía a cuidar lo
que hacía, después de un gran silencio entre ambos, mientras jugábamos el agua
con nuestros pies dije; ¿una carrerita? Contesto que sí y nos tiramos a la alberca
juntos, toteamos un rato yendo de un lado a otro, antes de llegar a la parte
onda regresábamos uno alado del otro, hasta que…
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