2ª TEMPORADA
CAPITULO 23
“UN LINDO SUEÑO”
Eran
casi las tres de la mañana, tome un taxi en el que casi me quedo dormido. De
regreso en casa, mientras me desvestía para irme a dormir, mi mente no dejaba
de pensar en aquel incomodo momento que había pasado en el club, no podría
volver a ver a mi profesor a los ojos, me moriría de pena.
¿Acaso,
se había acercado a mí a propósito? ¿Qué buscaba? No lo sé, pero no podía
esperar a que llegara el lunes para saber un poco más, o ver como reaccionaria
el al verme. Me recosté sobre mi cama, casi eran las cuatro de la mañana y sin
darme cuenta me quede dormido.
***
Yo
estaba, en clases, fuera del salón una gran tormenta caía, de pronto, parado en
la puerta estaba Raúl, pidiéndome que lo acompañara, tenía algo muy importante
que decirme, estábamos bajo un árbol, la brisa mojaba mis mejillas, después de
mirarme fijamente, él me dijo; Fer, estoy aquí por ti y por nadie más, eres lo
único que puede hacerme realmente feliz, no me dejes caer, olvidemos todo lo
pasado, del prejuicio de la sociedad y seamos realmente felices. Asentí con la
cabeza, mientras mis labios se acercaban a los suyos.
***
−Fer, Fer, Fer… Despierta.
Abrí
los ojos, era mi mama, solo había sido un sueño, un hermoso sueño.
−Por dios hijo, pensé que estabas muerto que susto,
no despertabas –dijo mi mama con tono burlón.
Solo
le sonreí, hubiese querido no despertar de aquel sueño nunca, pero mi realidad
era otra.
Ese
sábado, no quise siquiera salir de mi cuarto, ni para comer, no tenía ganas de
nada, no quería saber del mundo exterior, mi madre llego a verme nuevamente el domingo
por la mañana.
Se
sentó a mi lado, en la orilla de la cama, me acaricio el cabello, yo seguía recostado
sobre mi fría cama, me dijo;
− ¿está enfermo? No quieres comer, no has salido de
tu cuarto, pareciera que no has dormido nada.
−no mama, solo quiero estar solo, vale−conteste.
−quisiera que me contaras lo que te pasa, puedes
confiar en mi−contesto mientras salía de mi cuarto.
Quisiera…
en verdad quisiera, decirle que soy el culpable de que mi mejor amiga y mi ex
novio estén saliendo, si tan siquiera no hubiera mandado aquel mensaje desde el
celular de paula, todo esto no estaría pasando.
El lunes ya en clases,
estaba en un lio de emociones, triste pero nervioso, antes de que entrara el
maestro, me senté solo con los audífonos,
no quería que mi amiga se acercara a platicarme lo que ella y Raúl había hecho
ese primer fin juntos, no lo soportaría. Trataba de mantenerme en todo momento
al margen, ya no era yo, estaba retraído, limitado, un estúpido pensamiento
depresivo siempre rodeaba mi cabeza ¿acaso mi vida no podía ser tan normal como
la de los demás jóvenes de mi edad? Bueno talvez era porque simplemente yo
mismo no era normal.
La
hora había llegado, desde que vi a Jonathan cruzar la puerta del salón donde
nos daba clases mi corazón comenzó a latir fuerte, me preguntaba si las
personas a mi lado podían escucharlo tan recio como yo. Él estaba tan sexy como
siempre, con una camiseta sport azul entallada al cuerpo la cual dejaba ver sus
músculos definidos y un short del mismo color holgado que marcaba un bulto
entre sus piernas.
Las
prácticas corrían igual de lo normal, él tenía muy poco contacto visual conmigo,
talvez estaba apenado por lo de la anterior noche, pensé en olvidar todo y
dejarlo por las buenas. Después de treinta minutos de arduos ejercicios, nos
puso a hacer abdominales, esto del deporte me estaba empezando a gustar, en
realidad me gustaría dejar de ser tan delgaducho y sin forma.
Sorprendentemente
se acercó, parado justo delante de mis pies dijo; te ayudo. Se agacho y me tomo
de los tobillos mientras yo seguía con mi ejercicio, estaba sudando frio, los
nervios me mataban junto con esa extraña sensación en mi estómago.
−Fer, quiero hablar de lo que paso el viernes.
Casi
me da un mini infarto, ahí tirado en la cancha.
−he…. He… −tartamudee
−no solo soy maestro aquí, soy stripper profesional tengo
una vida fuera del Zurbarán.
Casi
me daba otro mini infarto, seguía sin poder pronunciar ni una solo silaba.
−quisiera que esto quedara entre nosotros, si lo
hacer podría recompensarte
−e… e… está bien−dije finalmente.
La
clase termino, en mi mente revoloteaban aquellas palabras; stripper profesional,
una vida fuera del Zurbarán ¿recompensarme? A que se refería.
Estaba
más que listo para darle la cara al mundo y a todo lo que viniera de ahora en
adelante, sin limitarme en nada, adiós Raúl, por ahora.
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